Las nuevas escuelas que se han construido durante la gestión del presidente Danilo Medina constituyen un paso de avance significativo para la República Dominicana.
Febrero y marzo de 2014, han sido dos meses que se han caracterizado por la inauguración de los centros educativos. Puede que sea una gestión de buenas intenciones.
Es sabido que la educación es la base del desarrollo de los pueblos, de todo y de todos. Por esa razón, hay que insistir para que en nuestros pueblos, comunidades, barrios, ciudades y regiones, o como se les quiera llamar, se invierta más en este plano.
Sin embargo, si no se educa en valores y si no se transmiten a las generaciones venideras, no habrá escuelas que valgan.
Cualquiera que dirija el Ministerio de Educación o la Presidencia de la República, debe de estar consciente que la tanda extendida, por ejemplo, y el sistema educativo en general, hay que darle mantenimiento, y regirse por el librito de la disciplina, la supervisión seria y constante.
Los problemas del sistema educativo en nuestro país, ciertamente, se deben a que no hay seriedad casi en nada de lo que se hace o comienza. Todo es por “fiebre”. Empiezan bien, pero después las autoridades se olvidan de que a esa inversión hay que darle mantenimiento. Mantenimiento es lo que necesita no solo nuestro sistema educativo, además de mejorarles los salarios a los maestros.
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