En un acto que contó con la presencia de la primera dama, Raquel Arbaje, el presidente ejecutivo del banco, Samuel Pereyra, expresó: “Este proyecto refleja nuestro compromiso de preservar y fortalecer los espacios que unen a las comunidades y alimentan el espíritu. Nos sentimos profundamente honrados de contribuir a devolverle a este templo su esplendor y funcionalidad”.
La iglesia presentaba un grave deterioro estructural en su techo, que sufría una deflexión de 26 centímetros en su centro, lo que provocaba filtraciones y un riesgo de colapso. Desde noviembre de 2020, las celebraciones religiosas se habían trasladado al salón parroquial, a la espera de una intervención que devolviera la seguridad al edificio.
Los trabajos realizados incluyeron la demolición del techo anterior y la construcción de uno nuevo con materiales modernos y resistentes. También se llevó a cabo la reconstrucción de los baños, la modernización de las instalaciones eléctricas y sanitarias, la renovación de puertas y ventanas, así como la colocación de plafones y sistemas de aire acondicionado.
Además, la parroquia fue pintada y se realizaron mejoras en su entorno, como jardinería y acondicionamiento de los pisos exteriores.
“Este lugar no es solo un espacio físico; es un símbolo de fe, devoción y unidad para toda la comunidad. Saber que los feligreses pueden volver a congregarse aquí, luego de años de espera, nos llena de satisfacción y nos motiva a continuar con iniciativas que enriquezcan la vida de los dominicanos”, agregó Pereyra.
Concluyó: “Pedimos a Dios que derrame abundantes bendiciones sobre esta comunidad, sus pastores y nuestro querido país. Este esfuerzo conjunto demuestra cómo podemos lograr grandes transformaciones cuando trabajamos con amor y dedicación”.
La remodelación de este icónico templo reafirma el compromiso del Banco de Reservas con las causas que promueven el bienestar de todos los dominicanos.
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