Como medida de seguridad, tanto para los reos, como para los familiares, la dirección de la Cárcel Najayo Hombres prohibió las visitas al centro hasta que se “se calmen las aguas”.
Este domingo, a las 11:40 de la mañana, Mercedes Lozada, secaba el sudor de sus manos temblorosas luego de saber que no le permitirían ver a su hijo Francis Miguel Burgos, de 23 años, quien fue herido de bala en un brazo el viernes pasado, en el intento de escape que se produjo en el reclusorio.
“Es una acción abusiva que no permitan que yo, que soy su madre, no pueda verlo, ni darle comida, ni agua y menos poder verlo y saber que está bien”, exclamó la señora desde las afueras de la cárcel, a la que acudió acompañada de la esposa del joven, la cual no quiso hablar.
La angustiada señora dijo que los guardias aseguran que su hijo participó del acto, armado con una pistola, donde cuatro reos resultaron muertos y 10 heridos, según informó el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito. Posteriormente un miembro de la seguridad del penal murió a causa de las heridas que recibió. Mientras que ella duda de que el joven, el cual está en una “cerda de reflexión” y que está condenado a 30 años por homicidio, tuviera un arma en su poder.
Lozada dijo que el viernes en la tarde su hijo la llamó luego de lo ocurrido y le dijo que lo iban a matar y que temía por su vida, “me dijo: mami ven a visitarme que temo por mi vida”, citó la mujer.
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