La jueza de la Cámara Penal de la provincia Santo Domingo, Wendy Martínez Mejía, impuso esta madrugada un año de prisión como medida de coerción a nueve de los implicados en el robo de 950 kilos de droga en la Dirección Central Antinarcóticos de la Policía Nacional (Dican), incluido el director, el jefe de operaciones, dos fiscales adjuntos y oficiales, alistados y subalternos.
Los ocho hombres fueron enviados a cumplir la pena en la cárcel de La Victoria, mientras una raso de la Policía, fue enviada a la cárcel de Najayo Mujeres.
La medida de coerción fue dictada en contra de los fiscales Máximo Antonio Díaz Ogando y Ramón Augusto Veras Castro; el director de la Dican, coronel Carlos Fernández Valerio, y el jefe de operaciones, teniente coronel Feliz Humberto Paulino López, así como el mayor Luciano Gómez Cabrera, el primer teniente Bárbaro Torrez Beltrán, el cabo Agapito Muñoz Evangelista, la raso Raidirys García Miranda y el sargento Pedro Almánzar González. La jueza Martínez Mejía acogió el pedimento del ministerio público, representado por el magistrado Robert Rodríguez, quien no presentó cargos ayer en contra del mayor Carlos Amézquita Reinoso, el que tampoco fue llevado a la sala de audiencias, mientras que el caso del oficial Ruddy Japa fue dejado para el lunes a las 5:00 de la tarde.
De inmediato el abogado defensor Alexander Suero, representante de Luciano Gómez Cabrera, dijo que recurrirá en apelación la decisión de la magistrada, debido a que había validado sin las pruebas sufiencientes la acusación del ministerio público.
Después de más de 10 horas de conocer el caso y escuchar los alegatos de las partes, la magistrada Martínez Mejía se retiró a deliberar a las 6:50 de la tarde y dio a conocer su veredicto pasada la 1:00 de la madrugada.
Algunos de los abogados de los imputados habían pedido la libertad pura y simple de sus clientes por alegar su inocencia y otros demandaban su libertad porque entienden que pasaron las 48 horas para ser presentados ante un juez.
El caso se conoció bajo estrictas medidas de seguridad, las cuales fueron reforzadas en el Palacio de Justicia, con cordón de agentes en la parte trasera del edificio, por donde iban a ser sacados los imputados. La audiencia, que inició a las 10:00 de la mañana, fue recesada pocos minutos después, porque uno los imputados no tenía abogado y otro no había sido llevado al tribunal. Se reanudó próximo a las 11:00 de la mañana, cuando el ministerio público empezó a presentar sus argumentos, siendo aplazada 45 minutos después hasta las 2:00 de la tarde, para que el ministerio público entregara a la defensa de los imputados la solicitud de medida de coerción y los medios de prueba, siendo continuada a esa hora, dando la oportunidad a los abogados de los acusados para que presenten sus argumentos.
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