SANTIAGO.-Los familiares de una mujer que falleció el pasado domingo en el hospital José María Cabral y Báez y que durante 120 horas (cinco días), se negaban a sepultarla, tras alegar que su pariente está viva, decidieron ayer enterrarla porque su barriga comenzó a crecer y podría reventar.
Se trata de María Almida Aracena, quien fue ingresada en el Cabral y Báez aquejada de una enfermedad y el domingo, médicos de ese hospital certificaron su deceso.
El referido caso se ha dado en la comunidad La Playita, sección San Francisco Abajo, Jacagua, donde residía la dama con dos hijas y otros parientes.
El acta de defunción especifica que Aracena, de 45 años de edad; falleció a consecuencia de un paro cardiorespiratorio pasadas las 5:00 de la madrugada del domingo y horas después sus restos les fueron entregados a sus familiares.
Cuando regresaban la casa con el cuerpo hicieron una parada en una empresa que vende ataúdes, adquirieron uno y, cuando llegaron a la vivienda, colocaron la difunta en su interior en medio de la pequeña sala.
Sin embargo, algunos parientes y vecinos alegan que ella todavía estaba viva “porque votaba lágrimas, sudaba y movía uno de los dedos del pie derecho”, por lo que la sacaron de la urna y luego la colocaron en la cama donde llevaba cinco días.
Por el lugar desfilaron centenares de personas, incluyendo religiosos, quienes oraron, algunos de ellos secundaron a los atribulados familiares en su creencia de que María seguía con vida.
En tanto, el cuerpo de la mujer desde el martes comenzó a evidenciar un mayor desarrollo en su vientre, al tiempo que mostraba un color cadavérico.
Sus dos hijas prácticamente no se apartaban del cuerpo, le pasaban las manos por la cabeza y esperaban que reaccione “porque ella estaba viva y nadie va a impedir que la tengamos con nosotras hasta que llegue ese momento”.
lainformacion.com.do
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