En este artículo voy a hacer una reflexión a partir del titular. Que ya me parece grave. La subida de precios del petróleo es una cosa a la que nos tenemos que acostumbrar. Bueno, a todas las subidas. Esto es la ley de la oferta y la demanda de las sociedades capitalistas. Una recolocación del mercado que se deja al libre albedrío y pasa lo que pasa. Pero, en mi infinita ignorancia, a veces veo las cosas simples. Y luego voy, y las escribo. Cuando hay desabastecimiento de aguacates, como pasa ahora en Canarias, suben los precios. Hasta ahí, está claro, la gente paga más por conseguir algo que no se encuentra fácil. Y los que no lo puedan pagar, que no hagan guacamole.
Con el combustible pasa un poco diferente. La industria del automóvil está en plena reestructuración. Ahora, los coches se están desprendiendo de la contaminante gasolina para emplear otro tipo de energías. Que bien, que felices vamos a ser con un planeta limpio. Espero, iluso. Pero claro, a los que les compramos el petróleo no van a querer dejar de ganar lo que ganaban antes; que, si no, luego no les llega a final de mes. ¿Entones que hacen? Pues si tu me compras menos barriles, yo te los subo de precio y gano el mismo dinero por menos mercancía. Y así nos va, que cada vez pagamos el petróleo más caro. Empezamos el año con los barriles a 82 dólares. Llegó a bajar hasta los 74, pero es que; ahora, los pagamos a 92 dólares. Y, si cada vez les vamos a comprar menos, cada vez no lo van a cobrar más caro. Que tontos, no son.
Pues nada. Espero que lo que vamos a pagar en gasolina lo podamos ahorrar por otro lado. Aunque siempre me ha rondado la cabeza, porque me gusta llevar las cosas al extremo, ¿Cuándo ya no necesitemos el petróleo? ¿los países que tienen el suministro como fuente principal de financiación qué harán? Yo no sé, pero es que siempre he pensado en una guerra y están ahorrando mucho parta poder ganarla. Ojalá me equivoque.
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