
Si llegan sudados de la escuela, le dicen: “Muchacho, tú hueles a óxido” o “tú hueles a chinchilín”, y se comienza con este tratamiento, con el cual jamás le dará ese mal olor que “pica”.
Normalmente a esa edad no se asean, no quieren bañarse y se la pasan con un olor a “descuido” que manda madre.
En algunos campos y pueblos del país, le dicen al mal olor grajo, puñal, machete, y si una persona está al lado del que tiene el “puñal” y tiene “la defensa baja” se le pega. No hace mucho tiempo, cuando iniciaron los servicios de la OMSA, muchos iban parados agarrados del tubo y no se imaginan el olor que expelían, parecía una combinación con perfume “yonlaú”, que estaba de moda en los años sesenta y setenta.
Antes se usaban desodorantes que vendían a bajo precio en las farmacias y colmados, con el nombre de Sudorina Estrella Azul, que con una untadita podía durar muchas horas liberados, y el famoso Deporte, que por cierto todavía se expende, además de la presentación en pasta también en rollon, incluso el laboratorio Roldán lo produce y supe que lanzarán un jabón bactericida, porque ese Deporte sirve hasta para las espinillas, los empeines y muchas cosas más.
Algunos anuncios de estos productos rezaban así: “Pruebas hechas en los Laboratorios Citrus and Allied de Nueva York han demostrado que Sudorina hasta puede servir para salpullidos y eczemas. No pida un desodorante cualquiera, pida Sudorina Estrella Azul y le darán la verdadera Sudorina”. El tigueraje en los barrios pregonaba “desodorante Mamacita, que el bajo te lo quita” y “desodorante El Payaso, que si no te quita el grajo, te tumba el brazo”. Hoy los desodorantes son antiperspirante, que no permite que la persona sude y el que no contiene aluminio o aluminio “free”, que es más saludable.
http://www.listindiario.com/la-vida/2014/07/09/329057/las-axilas
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