BARAHONA.- Necesidad, ingenio y destreza son las características que evidencian dos niños que residen en el populoso barrio de Camboya ante la necesidad de agua de los moradores del lugar.
Ante la falta del líquido, escuchando los gritos de las amas de casas y viendo la incursión de camiones abastecedores de agua, decidieron jugar con la situación.
Su ingenio los ha llevado a la fabricación de ¡camiones!. Es decir, réplicas de esos vehículos con los cuales reparten agua a los desesperados moradores de Camboya.
Cristofel Daniel Pérez Cuevas, de 12 años, estudiante del 5to curso de primaria y Eddry José Urbáez, de 11 años, estudiante del 6to curso, ambos de la escuela San Juan Bosco, son los ingeniosos niños que todos los días, ahora en vacaciones escolares, literalmente imitan el reparto de agua.
En un recorrido por una de las calles de la barriada, me llamó la atención el ver a varios pequeños manipulando una especie de manguera que salía de lo que parecía ser un tanque de agua montado en un camión construido con materiales reciclables.
Pero que me llamó la atención de ese hecho fue cuando volví al lugar en busca de ellos, y los encontré cuando preparando sus “camiones”¡para salir a buscar el agua y comenzar su juego.
Le pregunté de donde había salido la idea de construir esos juguetes. La respuesta, con precisión, fue que ellos observaron que al lugar llegaban camiones para el reparto del agua y que las mujeres del lugar se aglomeraban para recibir el líquido.
Cristofer y Eddry, son ingeniosos igual que muchos niños de otros barrios que no tienen Tablee ni aipod para jugar. Apelan a lo que el entorno les ofrece para hacer sus juguetes, motivados en la observación de una necesidad.
Sus juguetes, ¡camiones repartidores de agua!, son construidos de pedazos de madera, recipientes plásticos, botellas donde viene aceite o lubricantes para autos y motores, con sus ¨mangueras¨, que son los bajantes de sueros.
Fabricaciones rusticas, es posible, pero con la inspiración natural de quienes tienen el ingenio de construir cosas a partir de la observación de un patrón.
La misma destreza que han tenido grandes genios que han construido cosas que han revolucionado el mundo y que han hecho más llevadera la vida de muchos ciudadanos.
Es posible que los niños Cristofer y Eddry, del barrio de Camboya en Barahona, a simple vista no sean genios, pero si se cultiva y fortalece esa capacidad de observación y destreza en la fabricación de cosas, serían excelentes ingenieros que sin lugar a dudas contribuyan al desarrollo de tecnología.
Mientras ellos dentro de su inocencia seguirán jugando a los repartidores de agua de su sector, Camboya, en Barahona.
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