Aun nos quedará la duda de si Sergio Ramos despreció una gran cantidad de dinero para volver al Sevilla de su corazón o, por otro lado, ha sido el refugio para no quedarse un año en blanco. Lo que no creo que debamos dudar es que el de Camas lleva al equipo en su sangre. Recuerdo que, por aquellos días del año 2004; vi un partido en el que pude disfrutar, por primera vez, de un chavalito de 18 años y melena al viento. Le dije a mi padre, que era con el que veía todos los partidos: “papi, este pibe va a acabar en un equipo de los grandes”. Siempre que he dicho estas cosas he adivinado. Menos con uno con el que me hubiera gustado acertar, pero una lesión lo alejó de la gloria que se intuía iba a tener.
El entrenador Joaquín Caparrós fue el que le dio la oportunidad en aquel equipo con Jesús Navas y el malogrado Antonio Puerta que tanto ha nombrado últimamente. Al año siguiente, ese chaval de la cantera del Sevilla llamado Sergio Ramos, fichaba por el Real Madrid con el que ha logrado todos los éxitos con los que un jugador puede soñar. Florentino le cortó el pelo y lo llevó al Madrid de los “galácticos” con Zidane, Beckam, Ronaldo Nazario, Roberto Carlos, Raúl, Iker Casillas, Guti y le dieron el dorsal nº 4 que dejaba vacante Fernando Hierro. Muchos le critican ahora, que si hubiera sido tan sevillista no se hubiera ido. A ver, vamos por partes. Que lance la primera piedra el que no esté de acuerdo conmigo. Si a cualquiera de nosotros nos proponen ese trato, firmamos sin mirar atrás. Ya te digo, Rodrigo.
Con la selección, dos Eurocopas y un Mundial y con el club, cuatro Ligas de Campeones y cinco ligas españolas. Eso no se consigue desde el Sevilla y eso hay que respetárselo. Ojalá el fútbol fuera mas igualitario y equipos modestos tuvieran un mínimo de oportunidades para poder ganar esos trofeos. Pero no, el sistema está montado para que ganen los de siempre. Y Ramos eligió la gloria. Ahora, lejos de ella, quiere volver a retomar con su “yo” interior. Y les aseguro que las lágrimas que ha mostrado estos días al volver a “su” Sevilla, me las creo. Y yo, contento de volver a verlo en La Liga española.
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